La minería ilegal en tierras indígenas de la Amazonia brasileña ha aumentado más de cuatro veces en diez años, ocupando más de 4.000 hectáreas de tierras yanomami en el primer semestre de 2022. En el año anterior, en territorios Mundurukú, la actividad destruyó 6780 hectáreas.
Los datos son del informe de la Alianza en Defensa de los Territorios, resultado de una articulación sin precedentes entre los pueblos Yanomami, Kayapó y Mundurukú, los más afectados por la minería, con apoyo técnico de investigadores del Instituto Socioambiental (ISA).
La superficie ocupada por la minería ilegal ya supera a la de la minería industrial. El informe destaca que en 2021 la minería ilegal abarcaba 106,6 mil hectáreas frente a 97,7 mil ocupadas por la minería formal.