Conservación de la Amazonía: se acaba el tiempo

Representantes de ocho países, reunidos en Belém do Pará, Brasil, acordaron reforzar su cooperación para salvar el último pulmón del planeta. ¿Lograrán los objetivos, ahora que se acaban las últimas oportunidades de evitar una catástrofe ambiental irremediable?
La Amazonía es un territorio inmenso, desafiante e inconmensurable. Ahí se encuentra “más de la mitad del bosque húmedo tropical del planeta y es la mayor floresta tropical del mundo”, describe la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).

Este gigantesco territorio de 7,4 millones de kilómetros cuadrados representa el 4,9% del área continental del planeta, según cifras de la CEPAL. Abarca ocho países –Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela– y su cuenca es la más grande del mundo. En el Amazonas se encuentra un 20% del agua dulce global. 

Referéndum sobre explotación petrolera divide a comunidades de Amazonia ecuatoriana

JOYA DE SANCHAS, Ecuador – Sentado en el piso de tierra de su maloca, Óscar Machoa, de 67 años, corta unas hojas y las va colocando pacientemente sobre una olla calentada por leña. Sus manos firmes y ásperas fueron esculpidas por los años recogiendo plantas, construyendo sus casas, moldeando sus flechas.

Él es el curandero de la comunidad kichwa de San Carlos y el encargado de trasladar los saberes ancestrales al resto de sus vecinos en el cantón La Joya de los Sachas en la provincia ecuatoriana de Orellana, donde se encuentra parte del Parque Nacional Yasuní, uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, que esta semana será el protagonista de un referéndum nacional sobre el futuro de las reservas de petróleo situadas bajo sus suelos.

Apenas escucha la palabra petróleo, su actitud paciente cambia. “No queremos que se extraiga nada. Recuerdo todas las cosas que nos prometieron y nada cumplieron”, dice con fuerza Machoa, cuando se traslada casi 60 años atrás y recuerda los inicios de la extracción petrolera en la zona, liderada por Texaco (en la actualidad, Chevron), donde fueron afectadas más de dos millones de hectáreas de la Amazonia ecuatoriana a lo largo de casi 30 años de explotación.