Vanguardia
31 de enero de 2021
Luego de que ayer el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud informaran de la detección de un caso de la cepa brasileña P1 de la COVID-19, el director de Epidemiología y Demografía del Ministerio, Julián Fernández, explicó que todavía no hay evidencia de que dicha variante circule de manera autóctona por la amazonía colombiana
Esto debido a que el caso de la variante P1 fue detectado en una mujer de 24 años con nacionalidad colombo-brasileña, que reside en Tabatinga, en Brasil, y que solo cruzó la frontera para ser atendida en Leticia, al estar afiliada al régimen de salud colombiano. La mujer regresó posteriormente a Brasil.
Según Fernández, “todavía no tenemos evidencia de que la variante circula en el Amazonas colombiano de manera autóctona, pero con una frontera de más de 1.600 kilómetros entre Colombia y Brasil es probable que esto suceda pronto, al tratarse de una frontera porosa, integrada socioeconómica y culturalmente”.
En ese sentido, el funcionario explicó que el Ministerio y las autoridades colombianas han ido tomando medidas basadas en el principio de precaución para tratar de disminuir la velocidad y el impacto de la llegada de la nueva cepa de la COVID-19 al interior del país.
Por eso, se tomó la determinación de suspender los vuelos desde Leticia hacia otras ciudades del país y desde y hacia Brasil por un periodo de 30 días.
Además, el Instituto Nacional de Salud incrementará la toma de muestras para realizar la vigilancia genómica necesaria en toda la región amazónica, que permita identificar la evolución de la propagación de nuevas variantes de la COVID-19 en la zona.
“Se tomaron medidas para resguardar la seguridad sanitaria con el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, y en los próximos días llegará un equipo de vigilancia epidemiológica que complementará la respuesta para el rastreo y la implementación del PRASS”, explicó el funcionario.
El Ministerio afirmó que aunque no se sabe el impacto que podría tener la nueva cepa brasileña en el país, es necesario implementar todas las medidas para reducir la velocidad de propagación antes de que esta se haga evidente.
La situación en Leticia será vigilada continuamente por el comité asesor y cada 15 días se evaluará la actualización de la evidencia científica de la nueva variante y la evolución epidemiológica en la región amazónica para definir las medidas a implementar en la región.
Según Fernández, la nueva variante no tiene evidencia de ser más agresiva, es decir, de producir una forma más grave de la COVID-19. Sin embargo, la evidencia sugiere que puede ser más contagiosa y causar reinfecciones, al ser capaz de resistir a los anticuerpos de otras variantes.