La República
Ecuador
15 de diciembre, 2021
Ecuador, el primer exportador de cacao de América, avanza en los planes para aplicar la trazabilidad (sistemas tecnológicos) a fin de que los compradores conozcan el origen y la evolución del producto en cada una de sus etapas de poscosecha, uno de los requisitos que implementa la Unión Europea (UE) para sus compras.
Con una inversión de seis millones de euros, la UE financia desde 2017 el proyecto «Cadenas de Valor inclusivas y sostenibles», implementado por el Comité Europeo para la Formación y la Agricultura (CEFA), el Ministerio de Agricultura de Ecuador y la cooperación técnica alemana GIZ.
El costo total de ese proyecto supera los 8,6 millones de euros, y tiene entre sus componentes el desarrollo de mecanismos de trazabilidad del cacao, en el que se han invertido unos 90.000 dólares.
ORIGEN DEL PRODUCTO
«La trazabilidad es un tema que está tomando cada vez más importancia pues, especialmente para productos como el cacao; el consumidor requiere saber de dónde viene lo que están consumiendo», dijo a Efe el italiano Andrea Cianferoni, representante legal de la ONG italiana CEFA, que apoya a las comunidades más pobres del sur del mundo para que logren autosuficiencia alimentaria, educación, igualdad de género, capacitación y trabajo.
En el sector cacaotero de Ecuador, CEFA trabaja con organizaciones de productores, donde detectó como uno de sus principales problemas, una debilidad en la gestión y administración de los procesos internos y comerciales.
Para solucionar ese problema, CEFA contrató a la empresa ecuatoriana MJTEC a fin de crear un software que facilite el registro de compras, ventas, gastos, además de toda la información de los proveedores, que son los agricultores.
Al constatar la eficiencia del software, CEFA pidió a la firma ecuatoriana que implemente un módulo de trazabilidad para ofrecer información completa a los clientes nacionales e internacionales de las asociaciones.
Ello debido a que «hay normas que se están haciendo cada vez más rígidas y, en teoría, hasta 2024, todo el cacao que llegará a la UE tiene que ser trazado», por lo que pone a disposición de los productores un software que tendrá un precio accesible pero que permita garantizar su sostenibilidad, dijo Cianferoni.
«Si vendes cacao trazado, en teoría este cacao te lo van a pagar mucho más, y con pocos quintales al año del producto que comercializa se paga el sistema, el resto es todo ventajas para la organización de productores», agregó.
ANTICIPARSE A LA NORMA
El italiano recordó que ya hay productos trazados de organizaciones que manejan sistemas de certificación en Ecuador, pero el que han desarrollado junto con MJTEC es un «software más sofisticado, más preciso, que requiere menos papeleo».
Pero el trabajo no termina con la implementación del software sino que se complementa con la capacitación pues debe ser manejado en «muchos casos por personas que no tienen experiencia, que tienen barreras tecnológicas», explicó.
«Es importante capacitar a los jóvenes, quienes deberían generar un recambio generacional en la gestión de las organizaciones, no solo de la parte agrícola», añadió al remarcar que los sistemas de trazabilidad se pueden aplicar a varios productos.
Precisamente por ello, este miércoles Cianferoni participa en un taller en el que se presentarán detalles del software a representantes del Ministerio de Agricultura y de Ambiente, así como a cooperantes internacionales, empresas y organizaciones de productores, para incentivar la trazabilidad, a fin de que Ecuador cumpla con los requisitos de comercio de la UE.
Se busca que organizaciones como la cooperación alemana, la japonesa e instituciones de Gobierno incentiven el uso del software de trazabilidad desde ahora «para que cuando llegue la norma, los productores estén preparados y listos para entregar información», dijo a Efe Ramiro Jaramillo, gerente de MJTEC.
Con el software -detalló- «se podrá saber de qué finca salió el cacao, en qué centro de acopio estuvo, cuánto tiempo estuvo en fermentación y cuánto en proceso de secado», entre otros.
El proyecto piloto funciona ya en Kallari, una asociación conformada por 850 productores en su mayoría familias kichwas de 21 comunidades del cantón Tena, de la provincia amazónica de Napo.
Kallari produce, procesa y comercializa productos agrícolas de manera sostenible, mejorando las condiciones de vida de los asociados, conservando la biodiversidad natural y cultural. EFE