Miembros de las Fuerzas Armadas decomisaron madera en dos aserraderos clandestinos en la provincia de Pastaza, el 25 de junio de 2020. – Foto: Fuerzas Armadas/Twitter
PRIMICIAS
25 de enero, 2021
Detrás de la tala indiscriminada de balsa en Ecuador estarían mafias que operan en las fronteras con Colombia y Perú, que buscan sacar ventaja de la explosión de la demanda china.
Parecía una buena noticia, un fuerte repunte en las exportaciones de madera en 2020, pero la moneda tiene otra cara: las exportaciones de madera de balsa impulsaron parte de ese crecimiento, pero también aumentó la tala ilegal.
Según el Ministerio de Ambiente, 1.973 metros cúbicos de balsa se decomisaron el año pasado, es decir, 186% más en comparación con 2019, cuando se incautaron 689 metros cúbicos de este tipo de madera.
La tala de los árboles de balsa en la Amazonía de Ecuador se ha disparado, dicen fundaciones y expertos en el tema consultados por PRIMICIAS.
“Entre enero y abril de 2020 se intensificó la tala de balsa en el territorio Achuar, que tiene cerca de 785.000 hectáreas de bosque tropical”, dice Belén Páez, directora ejecutiva de Fundación Pachamama.
El territorio Achuar se encuentra en las provincias amazónicas de Pastaza y Morona Santiago.
En 2020 la tala de balsa o boya, como se conoce en la Amazonía, se elevó por:
El subsidio del Gobierno chino a su industria eólica, es decir, a la producción de aerogeneradores de energía eléctrica, cuyas aspas están hechas de balsa.
La pandemia de Covid-19, que ahondó la crisis económica en el país, por lo que las comunidades indígenas de la Amazonía se volcaron a la tala de balsa como una fuente de ingresos.
La tala indiscriminada de balsa “se puede convertir en una amenaza para los bosques primarios”, sostiene Páez, quien agrega que detrás de esa problemática están grupos ilegales, que operan en las fronteras con Colombia y Perú.
A los números del ministerio se suman imágenes de los bosques de la Amazonía ecuatoriana, que muestran que en seis meses hay zonas que perdieron una parte importante de su vegetación.
Rodrigo Sierra, geógrafo e investigador de temas forestales dice que “la balsa sale de áreas concentradas que se extienden por todo el río Pastaza”. El río tiene una longitud de 643 kilómetros y nace en Ecuador para terminar en Perú, alimentando al río Marañón, que desemboca en el Amazonas. Volume 90%
Bosque nativo
La balsa no es una especie en protegida por no encontrarse en peligro de extinción, por lo tanto su tala para uso comercial es legal siempre y cuando se haga con permiso de las autoridades competentes. Si no es así se están cometiendo infracciones y delitos, con sanciones que van desde multas hasta cárcel, explica Esteban Falconí, abogado ambientalista.
Falconí dice que si se tala bosque primario o nativo, que contraviene la normativa vigente, para sembrar balsa se configura un delito castigado con hasta cinco años de cárcel, como lo establece el Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Es la tala de bosque nativo o de especies en peligro lo que preocupa a las organizaciones ambientalistas y a algunas comunidades.
“El problema no solo es la balsa, el tema es que pueda ocurrir deforestación con otras especies y maderables de altísimo valor comercial, lo que sería tráfico ilegal”. Belén Páez, Pachamama
La tala indiscriminada incluso ha hecho que haya presión para llegar a comunidades más lejanas para sacar los últimos remanentes de balsa.
Así lo reconoce Sierra, quien explica que se están abriendo vías hasta el territorio Waorani para obtener balsa.
“También se trae balsa de los territorios indígenas de Perú, porque la Amazonía de ese país está más cerca a los mercados ecuatorianos”, sostiene Sierra.
Incluso la balsa ilegal que se obtiene de la Amazonía se estaría movilizando por avión, ya que, por ejemplo, el precio de un vuelo representa apenas un tercio del valor del cargamento de balsa. Volume 90%
Otros problemas que ha traído la tala indiscriminada de balsa en la Amazonía son:
Ingreso de intermediarios al territorio, involucrados en el crimen organizado.
Explotación y división de las comunidades.
Corte de árboles de bálsamo, cedro, chanul, que están en las listas de especie cuya tala es ilegal en bosque primario.
Destrucción del hábitat de animales como águila arpía, papagayo, nutrias de río y caimanes.
Eliminación de la barrera natural, papel que juega la balsa, ante la crecida de los ríos.
Páez dice que los ministerios de Ambiente y de Agricultura están al tanto de la tala ilegal, pero tienen poca capacidad par actuar.
Sin mafias
Las organizaciones ambientales y los expertos no están en contra de la tala de balsa, es más, consideran que es una oportunidad legítima para que haya aprovechamiento forestal, siempre y cuando haya planes sostenibles.
En estos planes se busca que sean los mismos indígenas quienes comercialicen su balsa, sin la presencia de intermediarios.
Según Páez, en los próximos meses se va a crear una mesa para tratar la problemática de la tala de balsa con los ministerios de Ambiente y Agricultura, con las comunidades indígenas, con el sector privado y con la sociedad civil.
El objetivo es transparentar la contabilidad forestal de la balsa y delinear una hoja de ruta para que el monitoreo sea eficiente.
El Fondo de Inversión Ambiental Sostenible (FIAS) ha dispuesto recursos para el monitoreo forestal con drones, GPS e instalaciones, aunque “hay pocas personas disponibles para el monitoreo de millones de hectáreas”, dice Páez.
El FIAS es una entidad creada en 2017 para financiar gestión ambiental, protección, conservación y uso sostenible de los recursos naturales y de la biodiversidad en Ecuador.