El Economista América
16 de septiembre, 2020
Según The Guardian, el costo de prevenir una pandemia, protegiendo la vida silvestre y los bosques, equivale al 2% del costo financiero estimado de la crisis causada por el Covid 19.
La crisis actual que viven Ecuador y Perú es una triple crisis anidada: económica, sanitaria y ambiental. Se trata de una crisis civilizatoria.
El bosque Amazónico en las Cuencas Sagradas es el medio de subsistencia de más de 500.000 indígenas. La Iniciativa de las Cuencas Sagradas nace en 2017 tras el llamado urgente de más de 20 nacionalidades y pueblos indígenas de Ecuador y Perú para proteger de manera permanente las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Marañón que comprenden más de 30 millones de hectáreas entre la Amazonia ecuatoriana y noroeste de la Amazonia peruana.
En ese contexto, la iniciativa trabaja por el bienestar de la población amazónica que en la emergencia sanitaria ha acentuado sus limitaciones en salud, educación, soberanía alimentaria, transporte y conectividad, entre otros. La pandemia exacerba su vulnerabilidad y los pone en alto riesgo de desaparecer.
En las Cuencas Sagradas nacen las afluentes principales del río Amazonas y son parte esencial para mantener al bosque Amazónico con vida. Lograr su permanente protección frente a actividades industriales, como plantea la Iniciativa, significa garantizar los derechos territoriales de los pueblos y nacionalidades indígenas, mejorar sus condiciones de vida, priorizar áreas de conservación y regeneración, proteger las fuentes de agua y fomentar una transición socio ecológica post extractivista.
Conoce más de la Iniciativa en https://cuencasagradas.org/