En el cierre del primer día de la Cumbre de la Amazonía, los líderes de los ocho países que hospedan la región del Amazonas firmaron la Declaración de Belém, texto definitivo que plasma los compromisos acordados en el encuentro. Un documento compuesto por 113 puntos que conglomera nuevas formas de cooperación regional y que traza un «ambicioso» plan de protección para la mayor selva tropical del planeta. En el texto se llama la atención a los países de mayores ingresos para que refuercen su compromiso con la acción climática.
Desde Brasil, el presidente anfitrión Luiz Inacio Lula da Silva abrió la cumbre afirmando que el resultado de ella representaría un «antes y después» en la historia de la Amazonía, esperanzado, pero también expectante ante la urgencia que representa la crisis climática para el llamado ‘pulmón del mundo’.
Las charlas diplomáticas entre los jefes de Estado de Colombia, Bolivia, Perú, Guyana y Brasil, así como altos representantes gubernamentales de Venezuela, Ecuador y Surinam, se materializaron en la Declaración de Belém, nombrada en consonancia con la ciudad brasileña sede de la cumbre.