Desde el año 2014 este río está amenazado por la construcción de una hidroeléctrica, lo que ha generado un movimiento de resistencia, llamado Piatua Libre
Desde los pueblos locales insisten en “tenemos derecho a defendernos”, añadiendo que “no es justo que la justicia venda el Río Piatua”
Las organizaciones locales destacan el esfuerzo de la Iglesia católica en la defensa de la preservación de la Amazonía, viendo como algo muy satisfactorio el proceso sinodal
En la Amazonía todo está relacionado, también los intereses de aquellos que pretenden destruirla que se unen en planes conjuntos que tienen como objetivo final obtener el mayor lucro en el menor tiempo posible. Petroleras, mineras, madereras, hidroeléctricas forman parte de un mismo conglomerado que está destruyendo aquello que los pueblos originarios conservaron secularmente.
Uno de los ríos mejor preservados de la Amazonía ecuatoriana es el Río Piatua, en el que además de ser fuente de recursos hídricos, alimentos y vida para las comunidades indígenas locales, es un paraíso de los deportes de aventura, lo que garantiza una fuente alternativa de ingresos sin destruir el medio ambiente. Desde el año 2014 este río está amenazado por la construcción de una hidroeléctrica, lo que ha generado un movimiento de resistencia, llamado Piatua Libre. Este proceso se ha visto envuelto recientemente en un escándalo de corrupción, en el que se vio involucrado el juez Aurelio Quito que había emitido un fallo a favor de la construcción de la hidroeléctrica, pero que fue preso en flagrante con 37.000 dólares e dos botellas de whisky, lo que provocó que la Corte de Pastaza dejase en suspenso la sentencia.
Este movimiento de resistencia ha sido apoyado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana – CONFENIAE, un equipo jurídico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador – PUCE, junto con otras organizaciones sociales y eclesiales. En este grupo están los jóvenes de la ciudad vecina de Tena, que impulsados por el Movimiento Católico Mundial por el Clima y la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, participan del movimiento Viernes para el Futuro, promoviendo, además de las concentraciones semanales, acciones de limpieza del río con los jóvenes. Ellos piden que los ríos de la región amenazados por hidroeléctricas, petroleras y mineras se declaren áreas protegidas, lo que supone una lucha importante frente a un gobierno ecuatoriano que se ha convertido en uno de los principales impulsores de la depredación de la Amazonía.
En la región existen casos como el Río Pusuno, donde construyeron una hidroeléctrica pisoteando los derechos de las comunidades. Por eso, desde los pueblos locales insisten en “tenemos derecho a defendernos”, añadiendo que “no es justo que la justicia venda el Río Piatua”, una amenaza real, visto el reciente caso de corrupción. Por eso, ellos reclaman proyectos sustentables, en una región donde ya existen concesiones a empresas mineras y tres pozos petrolíferos en funcionamiento. En ese sentido, se puede decir que “la hidroeléctrica es la puerta de entrada para concesionar el territorio”.
La esperanza nace del hecho de que poco a poco la organización se ha vuelto más fuerte, aunque se hace necesario el apoyo de diferentes instituciones, inclusive de la Iglesia católica, que en los últimos años, sobre todo con la llegada del Papa Francisco y la publicación de la Laudato Sí ha entrado en un camino de defensa de la casa común, que está teniendo un nuevo impulso con el Sínodo para la Amazonía, que este domingo inicia su asamblea sinodal. Lo fundamental es buscar alternativas para garantizar la conservación a largo plazo, lo que se debe traducir en proyectos agroecológicos y de turismo comunitario.
El papel de los medios de comunicación es fundamental en este sentido es fundamental. Como señalan desde el propio local, al principio los grandes medios se posicionaron del lado de la empresa que pretendía construir la hidroeléctrica, una postura que en algunos casos ha cambiado como consecuencia del reciente escándalo de corrupción. No podemos olvidar que este río se encuentra en la región de los Llanganates, que encierra una de las mayores fuentes de biodiversidad de Ecuador, y al mismo tiempo una de las más vulnerables. Por eso, el Piatua se está convirtiendo en un icono en la defensa de los ríos y de los derechos de la naturaleza.
Las organizaciones locales destacan el esfuerzo de la Iglesia católica en la defensa de la preservación de la Amazonía, viendo como algo muy satisfactorio el proceso sinodal que se está llevando a cabo. Al mismo tiempo destacan el reciente Congreso sobre Ecología Integral celebrado en la PUCE, en el que la Iglesia ecuatoriana, junto con los pueblos originarios y los movimientos sociales, reflexionó sobre estas problemáticas. Es un paso a más en una lucha para que se respeten las decisiones, pues como señalan desde las organizaciones y pueblos locales, “nosotros también tenemos derechos”.