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2 de febrero de 2021
La Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) presentó una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que el Estado peruano cumpla con la creación de las reservas para indígenas en aislamiento voluntario ubicadas en la Amazonía.
El presidente de ORPIO, Jorge Pérez, explicó en una rueda de prensa que «la situación de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario es muy grave» porque «el Estado peruano se ha desatendido de darles una reserva donde estén libres de la caza ilegal y el narcotráfico», entre otras actividades ilegales.
Organizaciones indígenas como la que representa Pérez han presentado solicitudes ante el Estado y la justicia peruanas para la creación de seis reservas indígenas, la más antigua en 1993, para proteger a los pobladores más conocidos como «no contactados» en las regiones selváticas de Loreto y Ucayali.
ESPERA DE CASI 30 AÑOS
Sin embargo, Pérez señaló que «el Estado no está priorizando los derechos de los aislados, está priorizando las actividades industriales, económicas, por encima de los derechos humanos» de los pueblos indígenas.
En tal sentido, ORPIO presentó la medida cautelar ante la CIDH para que exhorte al Estado peruano «para que avance lo más pronto posible en garantizarle un territorio libre de amenazas, que se pueda establecer un cerco sanitario, y estén protegidos frente a las incursiones de madereros y traficantes», expresó Pérez.
La pandemia de la covid-19 ha contagiado a más de un millón de habitantes indígenas en nueve países que comparten la Amazonía y específicamente en Perú ha enfermado a 28.000 nativos y ha causado la muerte de 3.000 de ellos, según estimaciones compartidas por el director de la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Ottawa, el peruano Salvador Herencia.
ABANDONO SANITARIO
«No se sabe a ciencia cierta el número de contagiados porque encontramos la precariedad y falta de infraestructura para la atención sanitaria de los pueblos en aislamiento», afirmó Herencia en la rueda de prensa virtual.
El especialista anotó que sólo el 32 % de las comunidades indígenas en Perú tiene un puesto de salud, pero que el 92 % no tiene personal médico a cargo.
Herencia es uno de los expertos que ha participado en la presentación de la medida cautelar ante la CIDH porque considera que el Estado peruano ha incurrido en «negligencia», después de haber creado instituciones específicamente para esta tarea y ha adoptado leyes que reconocen a los pueblos indígenas no contactados.
«Los pueblos indígenas, desde 1993, están solicitando la creación de reservas naturales y el Estado ha fallado en el cumplimiento de este derecho», afirmó.
SEIS PUEBLOS EN AISLAMIENTO
Las reservas territoriales indígenas que han pedido su creación oficial son Yavarí-Tapiche (Loreto), Kakataibo (Ucayali), Yavarí Mirim (Loreto), Sierra del Divisor Occidental (Loreto y Ucayali), Napo-Tigre (Loreto) y Atacuari (Loreto).
La solicitud peruana ha tomado como referencia otra aprobada por la CIDH en enero a favor de dos pueblos indígenas de Brasil, que afrontan amenazas similares a las comunidades locales.
Por su parte, Juan Carlos Ruiz, coordinador de litigios constitucionales del Instituto de Defensa Legal (IDL), agregó que también han presentado una petición ante la CIDH para lograr la resolución de los procesos presentados ante la justicia peruana para el registro y creación de los pueblos «no contactados».
Ruiz mencionó que hay varias demandas ante la justicia peruana porque los gobiernos regionales de Loreto y Ucayali han permitido las actividades extractivas en territorios que corresponden a los pueblos indígenas.
TERRITORIOS DE GRAN RIQUEZA
Estos territorios «son objeto de codicia porque allí hay gas, petróleo, madera», expresó el abogado.
«Hay un ‘lobby’ de empresas petroleras, taladores, que ven con codicia estos territorios. Mucha de esta demora responde a estos grupos de poder que hacen presión sobre el sistema de justicia», manifestó Ruiz.
En el caso de los nativos «no contactados», son pobladores que se abastecen de alimentos mediante la caza y la siembra, y que carecen de defensa inmunológica para enfermedades contagiosas, como la covid-19, lo cual incrementa su desprotección ante una epidemia.