Observatorio de Ecología Política de Venezuela
11 de marzo de 2021
De acuerdo con un reciente estudio publicado en enero de 2021, titulado Malaria en el sur de Venezuela: el punto más caliente de América Latina, Venezuela aumentó más de 10 veces los casos de malaria desde 2009 a 2019, y la mayor parte de los casos se concentran en áreas donde han aumentado la deforestación y la minería ilegal para la extracción de oro en los últimos años.
Venezuela pasó de 41. 943 casos de malaria o paludismo en 2009 a 467. 421 casos en 2019, “un crecimiento epidémico explosivo debido a una falta significativa de programas de control”, indica el estudio publicado en PLoS Neglected Tropical Diseases y realizado por investigadores venezolanos y extranjeros.
Los denominados hotspots o puntos calientes, son los focos desde los que se expande el contagio de malaria, y de acuerdo con el estudio han sido localizados al sur del río Orinoco, en las parroquias San Isidro y Dalla Costa, del municipio Sifontes del estado Bolívar, que reúnen más de 60 por ciento de los casos de la última década.
Desde el punto de vista ocupacional, la mayor parte de las personas que estaban infectadas con P. vivax durante el período de estudio se relacionaron con las actividades de extracción de oro, en comparación con otras ocupaciones comunes; como ama de llaves, operador de máquinas o estudiantes.
Sifontes ha perdido, desde 2007, más de 3.058 hectáreas de bosques debido sobre todo a la minería ilegal. “El minero, al deforestar para extraer oro, genera lagunas artificiales, hábitats para el mosquito anófeles, transmisor de la malaria”, explicó a SciDev.Net María Eugenia Grillet, investigadora del Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Universidad Central de Venezuela y autora principal de la investigación.
El análisis, que utilizó información epidemiológica y geográfica, encontró que en las zonas deforestadas había mayor cantidad de casos de malaria que en áreas cercanas y que las infecciones, tanto por Plasmodium falciparum como por Plasmodium vivax —las dos especies más frecuentes del parásito de la malaria en el país—, se incrementaron allí al tiempo que dismuyó la vegetación.
Los datos también muestran que la mayoría de los afectados fueron hombres entre 21 y 40 años, y que aproximadamente seis de cada 10 de estos pacientes se dedicaban a la minería.
Una asociación significativa similar se encontró para P. falciparum: los mineros de oro representaron 66 % de los casos.
Dentro de las conclusiones, los expertos resaltaron que mostraron evidencia de que las actividades de extracción de oro parecen impulsar los puntos críticos de malaria en el país porque, probablemente, hacen que la transmisión de la enfermedad sea resistente.
También urgen a desarrollar un programa enfocado en estos puntos calientes o hotspots, alegando que el control exitoso de la malaria en Venezuela requiere coordinación nacional y regional debido a la propagación transfronteriza en curso. De lo contrario, advierten que los avances logrados en la eliminación de la malaria en las Américas se revertirán.