Una investigación presentada por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg) evidencia que es necesario tomar medidas urgentes para salvar el 80% de la Amazonía al 2025. El 20% de este territorio ya ha sido transformado en su totalidad, el 6% tiene una alta degradación y necesita restauración, mientras un 33% está intacto y 41% con bajos niveles de degradación que requieren protección. El análisis revela, además, que el reconocimiento de territorios indígenas ha sido trascendental para la Amazonía: solo el 4% de las hectáreas que pertenecen a estos ha sufrido transformaciones, a comparación del 33% afectado en lugares sin ese reconocimiento ni consideradas áreas protegidas.
El informe Amazonía a Contrarreloj: dónde y cómo proteger el 80% al 2025, elaborado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg), concluye que la Amazonía se encuentra en un punto de no retorno. En las últimas dos décadas, el territorio amazónico, que representa alrededor del 40% de Sudamérica, ha perdido cerca de 54 millones de hectáreas de bosque por la deforestación. Es decir, una cantidad equivalente a las superficies de España o Francia.
Esta afectación a los ecosistemas no solo genera la pérdida de biodiversidad, sino que impacta en los más de 500 pueblos indígenas de la cuenca amazónica. “El 20% de la Amazonía ya está destruido, está contaminado con mercurio, con petróleo, está deforestado y es un desastre. Ya no queremos que la [superficie de la] Amazonía baje del 80% porque sería nuestra destrucción”, explicó Gregorio Díaz, miembro del pueblo wakuenai kurripaco, de Venezuela, y líder de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), a OjoPúblico.