Venezuela: 103 floras bolivarenses están amenazadas por actividades humanas

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Correo del Caroní

Joelnix Bonada

21 de mayo de 2021

 

Para informar y concienciar a las poblaciones y Estados sobre la biodiversidad, desde el 2000 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió el 22 de mayo de cada año, como Día Internacional de la Diversidad Biológica. Según el organismo se entiende como biodiversidad a la gran variedad de animales, plantas y organismos existentes en el planeta, incluyendo las diferencias genéticas dentro de cada especie y la variedad de ecosistemas que a su vez interactúan con sus miembros y su entorno.

La fecha fue escogida para que coincidiera con el aniversario de la aprobación del Convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado en 1992 por 195 países que se comprometieron -groso modo- a conservar la diversidad de sus territorios y a tener una participación “justa y equitativa de los beneficios resultantes de la utilización de los recursos genéticos”.

Los recursos provenientes de la biodiversidad son fundamentales para sustentar a las civilizaciones. Según la ONU, más del 80% de la dieta de los humanos está compuesta por plantas, mismo porcentaje de personas que habitan en las zonas rurales de los países en vías de desarrollo, que dependen de las plantas para preparar medicamentos.

A Venezuela su localización geográfica le confiere una diversidad natural que le otorga la condición de país mega diverso. En la región Guayana aporta el 82% del agua que produce la nación y es mega rica en biodiversidad. Según el extinto Ministerio del Ambiente en esta región hay 2.136 especies vegetales endémicas que no se consiguen en otro lugar en la tierra.

Una de los principales aspectos que caracteriza a esta región es su gran diversidad en plantas, pues en la década de los años 90 en el escudo guayanés fueron identificadas 9.411 especies de la flora de la Guayana venezolana, según estudios de Berry et al (1995).

Sin embargo, a lo largo de los años esta biodiversidad guayanesa se ha visto amenazada por distintos factores. De acuerdo con la segunda edición del Libro Rojo de la Flora Venezolana, publicado en 2020 por la ONG ambientalista Provita, el estado Bolívar alberga 103 especies en peligro, de las cuales 23 son endémicas, es decir, son plantas que en el mundo únicamente nacen en la entidad.

De las 23 plantas propias de Bolívar, 12 se encuentran en estado vulnerable; cinco están en peligro y seis están en estado rojo, estas últimas categorizadas en peligro crítico. Las causas por las que se encuentran amenazadas son el cambio climático y la fragilidad del ecosistema, pero principalmente, por la destrucción del hábitat por actividades antrópicas -acciones e intervenciones realizadas por los humanos- como el turismo, la minería, las actividades agrícolas y agropecuarias, la tala, incendios, el comercio, la construcción, la medicina artesanal, la artesanía, etc.

Pese a no ser endémicas de Venezuela, hay 10 especies amenazadas que en el país solo se pueden ver en Bolívar: ocho se encuentran en estado vulnerable; una se encuentra en peligro; y una se encuentra en estado rojo, esta es la orquídea Cattleya jenmanii, que se ubica en el Parque Nacional Canaima y en Santa Elena de Uairén y por su valor ornamental es muy comerciada.

Las 103 especies están amenazadas por la acción humana, por el comercio, por su valor ornamental o medicinal, por la minería de materiales preciosos, hierro y bauxita y por la explotación maderera.

Especies en estado crítico 

Según el documento, de las 103 plantas amenazadas en el estado Bolívar, nueve están clasificadas bajo la nomenclatura CR -en peligro crítico-, es decir, están enfrentando un riesgo de extinción extremadamente alto en estado de vida silvestre.

De las nueve especies en peligro crítico, seis son endémicas del estado Bolívar | Diseño Roberth Delgado

Tal es el caso del subarbusto de hojas simples Piper sabanaense, endémico de Bolívar, que al ubicarse en un área muy restringida (cerca del Hato Divina Pastora, en la Gran Sabana, y al noreste de Santa Elena de Uairén, base del cerro Ceitá) y crecer en terreno de morichales pantanosos “está sometido a fuertes presiones debido a la transformación de espacios para la cría de ganado; tal perturbación implica la realización de quemas periódicas que acaban con toda la vegetación a su paso”. E incluso ya podría estar extinta.

La bromelia terrestre Aechmea bauxilumii, endémica de Bolívar, de hojas erguidas y espinas negras, crece en bosques de ladera, húmedos y semideciduos y solo habita en Los Pijiguaos pero “su hábitat se ha ido debilitando por los incendios frecuentes, muy destructivos para la vegetación, y por el progresivo deterioro del bosque debido a la actividad minera” y podría ya estar extinta.

La hierba terrestre Philodendron dunstervilleorum solo se encuentra en río Bonita, y en Salto Pará del estado Bolívar, y aunque se han hecho esfuerzos por hallarla en estos lugares no se ha podido, lo que sugiere que posiblemente ya no exista o que su tamaño poblacional se haya reducido. Su amenaza es el turismo y la destrucción del hábitat por actividades antrópicas.

Biodiversidad en la Amazonía venezolana

De acuerdo con el Primer Reporte Académico de Cambio Climático (2018) de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, la Guayana venezolana (Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro) alberga 54 tipos de bosques y 14 tipos de arbustales. Alguna de las coberturas en la región son: bosques siempreverdes, de palmas, de pantano, ribereños y de manglar, entre otros.

Según datos extraídos del Libro Rojo de la Flora Venezolana de 2020, la Amazonía venezolana comparte 40 especies amenazadas: 34 en estado vulnerable; 5 en peligro y una en peligro crítico.

La orquídea Cattleya lawrenceana no es endémica de Venezuela, pero en el país solo se encuentra en los estados Amazonas y Bolívar. Crece en bosques de galería y en Bolívar habita en el Parque Nacional Canaima y en Amazonas en el cerro Sipapo, pero por su valor ornamental es muy cotizada en el mercado nacional e internacional.

Las especies principalmente son amenazadas por las actividades humanas | Diseño Joelnix Boada

“Está propensa a desaparecer ya que su comercialización fuera de la legalidad ha tomado impulso, debido a que las plantas se consiguen a menor precio que en el mercado”, establece el libro.

El árbol Erisma uncinatum, conocido como Mureíllo, Salado morado o Moralillo, mide alrededor de 40 metros y aunque no es endémico de Venezuela solo se encuentra en los estados Amazonas, Delta Amacuro y Bolívar. Es la primera especie maderable del estado Bolívar y la tercera en la producción de madera de rola en el ámbito nacional, según las estadísticas de Seforven de 1993. Por su explotación se encuentra en estado vulnerable.

La orquídea Phragmipedium lindleyanum, en Venezuela solo se encuentra en Bolívar (Gran Sabana), Amazonas (Cerro Sipapo y río Atabapo) y Delta Amacuro (Sierra de Imataca). Aunque no sobreviven por mucho tiempo fuera de su hábitat, se extraen por su valor ornamental ya que son muy cotizadas. “Se conoce de su comercio a través de redes sociales, las cuales la ofertan como una especie poco común en colecciones de procedencia sudamericana”, explica el libro.

Orquídeas y bromelias en peligro 

De las especies amenazadas en Bolívar 27 son bromelias y orquídeas de las cuales: 21 están en estado vulnerable, 3 en peligro y una en peligro crítico. Por su belleza y valor ornamental, la mayoría de estas son demandadas tanto en el mercado nacional como en el internacional. También son amenazadas por actividades mineras y actividades antrópicas.

La Cycnoches loddigesii es una orquídea cuyas hojas se forman un abanico con flores grandes amarillas y verdosas. Crece en bosques húmedos y nublados y en Bolívar se encuentra en el río Uairén, detrás del cerro Murimbata, altiplanicie de Nuria y Picacho, río Caura. Está en estado vulnerable, debido a su valor como planta ornamental.

El comercio, la tala, la quema y el turismo amenazan a las orquídeas y bromelias del estado Bolívar | Diseño Joelnix Boada

“Las plantas expendidas en viveros probablemente sean producidas por propagación vegetativa a partir de individuos extraídos sin control directamente de la naturaleza”, afirma el libro.

La Guzmania retusa se distribuye en Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia, pero en el país solo se encuentra al sur del estado Bolívar. Es una hierba terrestre con flores de pétalos blancos y amarillentos, crece en bosques ombrófilos submontanos siempreverdes y su mayor amenaza es la quema en los bosques y la minería. Se encuentra en estado vulnerable.

La orquídea Clowesia warczewitzii forma un racimo de flores hermafroditas, fragantes, verde claro con marcas verdes ligeramente más oscuras, y crece en bosques cerca de los ríos. Aunque no es endémica, de Venezuela solo se puede conseguir en los estados Amazonas (en ríos Cataniapo, Morrocoy y Alto Parguaza) y en Bolívar (en los ríos Cuchivero y Venado).

“La destrucción de los bosques ribereños por tala y quema, y la intensa intervención antrópica registrada particularmente en el bosque adjunto al Cataniapo, representan los principales factores de amenaza para esta y otras orquídeas propias de la zona”, especifica el libro.

 

 

Tomado de: https://www.correodelcaroni.com/sociedad/ambiente/103-floras-bolivarenses-estan-amenazadas-por-actividades-humanas/