En los últimos meses hemos asistido a una crisis internacional sin precedentes, extensas áreas de la sabana en África central han estado en llamas, lo mismo al norte de Asia, en el litoral ártico de Siberia el fuego se ha extendido a voluntad, así como las turberas del sudeste asiático y Alaska. En nuestro continente, los recientes sucesos en Amazonia completan los más graves ataques a los ecosistemas terrestres de los últimos tiempos incluido los eventos californianos de finales del 2018 que fue arrasada por el incendio más devastador en cien años, así como lo ocurrido en las Islas Canarias al inicio del 2019 donde se perdieron 11.000 ha de pulmón verde.
El 60% de la Amazonia se encuentra en territorio brasileño, el restante pertenece a Bolivia, Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador y las Guayanas. Esto es lo que se considera la región de defensa contra el calentamiento global y es controlada por diversos organismos brasileños, tales como el IMPE (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales) y el Ibama (Instituto Brasileño para la Administración del Medio Ambiente) que de paso, es el organizador de la 7a Conferencia Mundial sobre Incendios Forestales, a realizarse en la ciudad de Campo Grande (MS) el lunes 28 de este mes.