C5N
24 de enero, 2024
La inmensa selva amazónica, que se extiende por Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y otros países, es un punto clave de biodiversidad y el sumidero de carbono más importante del mundo.
Un estudio de World Weather Attribution, un grupo internacional de científicos, reveló que el cambio climático se convirtió en el principal responsable de una sequía récord en la selva amazónica que ha secado ríos, matado delfines en peligro de extinción y afectado la vida de millones de personas en la región.
De acuerdo al análisis, centrado en los meses de junio a noviembre del año pasado, el calentamiento global aumentó por treinta las probabilidades de una sequía, impulsó las altas temperaturas y contribuyó a la disminución de las precipitaciones.
La selva amazónica, integrada por regiones de Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y otros países, se verá afectada por una sequía peor durante 2024, expresaron los científicos.
La protección de la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo, se considera vital para frenar el cambio climático debido a las enormes cantidades de gases de efecto invernadero que absorben sus árboles. La sequía redujo el nivel de los ríos en algunas partes de la región a sus puntos más bajos jamás registrados.
“Deberíamos estar realmente preocupados por la salud de la selva amazónica“, afirmó Regina Rodrigues, coautora del estudio e investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil. Aunque la región se ha enfrentado al menos a otras tres sequías intensas en los últimos 20 años, el alcance de esta sequía no tenía precedentes y afectó a toda la cuenca del Amazonas, agregó.
En Brasil, uno de los principales afluentes del río Amazonas descendió a su punto más bajo desde que se iniciaron los registros en 1902 y desaparecieron otros cursos de agua más pequeños.
“Los cursos de agua se secaron en cuestión de meses. La gente se vio obligada a hacer enormes viajes, arrastrando barcas por tramos secos del río para acceder a alimentos, medicinas y otros bienes esenciales”, explicó Simphiwe Stewart, investigadora del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, con sede en Holanda, y otra coautora del estudio.
En ese sentido, unos 30 millones de personas que dependen del río Amazonas y sus afluentes se vieron afectados. La pérdida de cultivos, la imposibilidad de navegar y distribuir suministros y el aislamiento de comunidades enteras son algunas de las consecuencias más severas en la región.
Los investigadores brasileños afirman que el bajo nivel del agua y las altas temperaturas provocaron el año pasado la muerte de al menos 178 delfines rosados y grises del Amazonas, especies en peligro de extinción.
Además señalaron que esta sequía podría agravar los incendios forestales lo que, unido al cambio climático y la deforestación, empujará más rápidamente a la región hacia un punto de no retorno: el bioma se seca y deja de ser una selva exuberante.
Por otra parte, el calentamiento periódico del Océano Pacífico oriental, conocido como El Niño, también contribuyó al descenso de las precipitaciones, pero no al aumento de las temperaturas.