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27 de septiembre de 2024
Lo datos muestran que los territorios indígenas de la Amazonía mantienen su capa vegetal.
Desde 1985 la deforestación en la Amazonía ha sido más pronunciada en los lugares que no eran ni Áreas Naturales Protegidas ni Territorios Indígenas.
Lo muestra la serie de datos satelitales compilada MapBiomas Amazonía, la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada y otras organizaciones como la ecuatoriana Fundación EcoCiencia.
En los 39 años transcurridos entre 1985 y 2023, la deforestación en territorios indígenas es de apenas 3%, frente a un 2% en las Áreas Protegidas, pero escala a 29% en el resto de la Amazonía. ¿Cómo se explican estos números?
Para encontrar una respuesta, conversamos con Rodrigo Lazo, ingeniero en computación especializado en imágenes satelitales.
Lazo es coordinador técnico de la ONG venezolana Provita, enfocada en conservación ambiental, y colabora con MapBiomas Amazonía, que monitorea la Amazonía desde 1985.
¿Qué muestran los datos satelitales de la Amazonía recopilados por MapBiomas en las últimas tres décadas acerca de lo que pasa con la conservación en los territorios de los pueblos indígenas?
Los datos nos dicen que ha habido pocos cambios en las áreas de cobertura vegetal en las áreas protegidas de la Amazonía y en los territorios indígenas.
Estamos hablando de que en 39 años en esos territorios se ha perdido solamente 1,5% de la cobertura natural. Esto evidencia que algo está funcionando.
¿La mayor protección es el resultado de la existencia de las áreas protegidas o de la acción de los pueblos indígenas que viven en esos territorios?
No lo podemos saber con certeza viendo solo las imágenes satelitales, pero sí nos arrojan una foto de lo que sucede con el espacio. Vemos que la cobertura está estable y algo hay que la mantiene así. Existe un manejo sostenible.
¿Ese manejo lo están haciendo los pueblos indígenas?
Lógico porque son territorios donde viven los pueblos indígenas. Igual, cuando hablamos de parques nacionales es porque hay una normativa que prohíbe cualquier uso antrópico (humano) del territorio o lo limita.
Muchas de las presiones que existen sobre la Amazonía en general, llámense agricultura, minería, expansión urbana, a veces penetran los territorios indígenas y estas poblaciones no tienen una defensa contra las presiones existentes.
Su única defensa es contar con datos para apelar a los gobiernos, a los organismos no gubernamentales, y pedir ayuda, protección o políticas públicas.
¿Qué nos muestran los datos en concreto?
Que los territorios indígenas son una barrera, una especie de amortiguador que disminuye ese cambio que está ocurriendo donde no hay una población que tenga esa cultura de manejo sostenible de los recursos.
“Cuando hablamos de territorios indígenas no nos referimos solo a un pedazo de tierra donde viven los pueblos originarios sino que hay una cultura allí”
¿Y qué se refleja en esa cultura? Sus acciones, un uso consciente del territorio que está orientado a la protección, con prácticas diferentes. Entonces, tenemos que aprender de estas comunidades que no talan todo para hacer agricultura.
Lo que tenemos que aprender de ellos es cómo preservan la biodiversidad y las funciones de los bosques.
La cobertura vegetal tiene la capacidad de retener agua, de generar agua, de controlar el cambio climático, todas esas funciones se van perdiendo si lo talamos todo.
En Ecuador, buena parte de la población urbana piensa que los indígenas hacen paros, se oponen al desarrollo. ¿Qué dicen los datos acerca de este discurso?
Las comunidades indígenas suelen tener una visión de conservación y de manejo de los recursos diferente a la de las personas externas a ese sistema de vida.
“Desde la ciudad se ve como una eterna negación, pero los indígenas dicen que no porque ese territorio es su casa y saben que deben conservarlo”
Tú puedes talar árboles, pero no puedes destruir todo el bosque, puedes hacer una tala selectiva y mantener el ecosistema y en el futuro vamos a tener los mismos árboles o la misma cobertura vegetal.
Hay otra visión que te dice: ah no, vamos a talar los árboles para tener un ingreso y poder manejar el país que tiene que progresar. Son visiones distintas, una que se concentra solo en el desarrollo económico y otra que piensa que el desarrollo tiene que ir de la mano con la conservación.
Ahí está lo interesante de los datos, porque con ellos podemos hacer un proceso de educación para que quienes no viven en la selva puedan comprender esa visión de conservación.
Hay una suerte de injusticia climática: las comunidades indígenas viven en el territorio y tratan de conservarlo, pero son quienes más sufren los efectos de la deforestación amazónica.
Sí, de ahí la importancia de los datos que está generando MapBiomas y de poner esa data al alcance de todas las personas, de los gobiernos para que puedan tomar medidas acertadas, identificar qué áreas vale la pena conservar.
O qué áreas están bajo presión, siendo destruidas por actividades como la minería, por ejemplo, y necesitan normativa para ser preservadas, controladas por parte del Estado.
¿A qué costo están protegiendo la Amazonía los indígenas?
No hay una compatibilidad entre ciertas actividades y las presiones económicas externas y la población que vive en la Amazonía, se está perdiendo mucho y eso no quiere decir, ojo, que tengamos que negarnos al desarrollo sino hacer un desarrollo consciente, que permita mantener el medioambiente.
¿Cómo está cambiando y cómo ha cambiado la Amazonía en las tres últimas décadas según la data?
Hay una pérdida de la cobertura natural y un aumento de lo que llamamos áreas antrópicas, que son las hectáreas dedicadas a la agricultura, a la minería, a la expansión urbana, de la infraestructura que se va construyendo en áreas sensibles.
“Tiene que haber un proceso de educación para que la sociedad comprenda que puede haber desarrollo, pero con una conciencia de conservación”
¿Hay buenas noticias en los datos de la Amazonía en estos 38 años?
Nos hemos concentrado en seguir los cambios y ver dónde están ocurriendo, yo creo que la buena noticia es que cada vez hay más conciencia entre la población y esa es la ventaja de tener datos de acceso público.
Con los datos es posible hacer ese cambio, que tiene primero que suceder en la mente, no en el bolsillo. No sucederá de la noche a la mañana, pero la sociedad está más educada en general.
Hay soluciones fáciles y otras que son más complicadas, como hacer un desarrollo conservando el medioambiente.
“Tenemos que conservar nuestros países, no se trata de sacarles lo que podamos sin pensar en el futuro”
Desde el punto de vista de los datos, ¿hay algún país amazónico que sea ejemplo de conservación?
Lo que muestra la data es que hay oleadas de conservación, depende de quién está en los gobiernos.
O sea, ¿no se ve que haya políticas de Estado para proteger a la Amazonía?
Yo no soy especialista en políticas públicas, pero se ven tendencias y son oleadas que van y vienen. A veces esa conciencia todavía depende del líder político, de si le interesa la conservación o no.
Hay que considerar, además, que en la región existen limitaciones de recursos para la conservación, por ejemplo.
Lo que sí es claro es que la conciencia de un país frente a la necesidad de conservar nuestros recursos, como la Amazonía, nace de la educación y para eso son fundamentales los datos.
Nota: MapBiomas Amazonía es una iniciativa de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) y sus co-creadores son las ONGs de los países amazónicos que conforman la red.
Las ONG que participan en MapBiomas Amazonía son: Fundación Amigos de la Naturaleza, de Bolivia; el Instituto do Homem e do Meio Ambiente da Amazônia, de Brasil; la Fundación Gaia Amazonas, de Colombia; la Fundación EcoCiencia, de Ecuador; el Instituto del Bien Común, de Perú; Provita, de Venezuela, Guyana, Guyana Francesa y Surinam, IPAM y Solved.
Tomado de: https://youtopiaecuador.com/amazonia-deforestacion-conservacion-indigenas-medioambiente-datos-mapbiomas/