Efecto Cocuyo
30 de enero de 2022
La selva venezolana (Bolívar y Amazonas) encubre por lo menos 42 pistas de aterrizaje que sirven al crimen organizado transfronterizo, revela una investigación de Armando.Info en colaboración con El País de España, la Red de Investigaciones de Bosques Tropicales del Pulitzer Center y la organización noruega Earthrise Media.
El reportaje Corredor Furtivo también determina que en Bolívar y Amazonas hay 3.718 puntos con explotaciones ilegales de oro. Estas dos entidades suman 418.145 kilómetros cuadrados de superficie, casi la mitad del territorio venezolano.
Los hallazgos se desprenden de un levantamiento de información por monitoreo satelital, procesado luego con Inteligencia Artificial, para ver y entender la evolución del fenómeno minero en la Guayana venezolana, al norte de la Amazonía.
“El Amazonas venezolano se ha convertido en ruta regular para las redes de los cárteles colombianos; el territorio del estado más meridional de Venezuela tiene una escasa densidad poblacional, pues aloja apenas 0,5% de los 32 millones de venezolanos en un área de poco más de 17% del país. De modo que no hay muchos testigos de lo que allí ocurre”, señala el reportaje.
Más de una docena de las pistas de aterrizaje clandestinas se ubican en las riberas del río Caroní que colinda con Brasil y atraviesa de Norte a Sur el estado Bolívar.
«Genocidio silencioso»
Los periodistas también lograron obtener un documento que presentaron las organizaciones indígenas Kuyunu y Kuyujani a la Fiscalía Superior del estado Amazonas, en julio de 2021, en el que denuncian una invasión de al menos 400 mineros brasileños –los llamados garimpeiros-, pertrechados con 30 bombas hidráulicas que, según sus palabras, estaban generando “contaminación de mercurio en las aguas”, “contagio de enfermedades” y hasta un “genocidio silencioso”.
También alertaron que estaban siendo víctimas de asesinatos selectivos perpetrados por estos garimpeiros: “Los garimpeiros están fuertemente armados y esclavizan a hombres, mujeres y niños del pueblo sanemá. Tienen además una pista clandestina de unos siete kilómetros de extensión”.
Las mismas organizaciones indígenas agregaron una semana después, por medio de un comunicado público, que en ese sitio extraviado del sur de Amazonas había dos helicópteros que llevaban alimentos y materiales a una mina ubicada en el caño Wasiri: “Cada tres días van avionetas a buscar el oro, sacan entre 40, 50 y 100 kg diarios”.
“Se mire como se mire, la escala de la minería en el sur de Venezuela es enorme. Desde la perspectiva de los satélites espaciales de observación, cuyas imágenes de alta resolución se utilizaron para el presente proyecto periodístico, la deforestación abarca el equivalente a 40.000 canchas de fútbol”, concluye la investigación periodística.